El diciembre de 2003, a partir de las 19.30 h., el Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC) celebró en el Cine Doré de Madrid (C/ Santa Isabel, 3) un homenaje póstumo a la actriz María Massip, que falleció el 10 de julio de 2002, a los 59 años de edad.

María Massip debutó como actriz a los 17 años en el Teatro Beatriz con Revelación. Actuó en decenas de obras teatrales, representadas y radiadas, entre las que destacan La camisa, El huevo, Proceso a cuatro monjas y El escondite. En TVE, además de numerosas obras de teatro, protagonizó varios episodios de la serie Historias del otro lado, dirigida por José Luis Garci, con el que también trabajó en Canción de cuna (1995), La herida luminosa (1997) y El abuelo (1998). Sus créditos en el cine incluyen también títulos como El juego de la oca (1964), de Manuel Summers; Del amor y otras soledades (1969), de Basilio Martín Patino; Colorín, colorado (1976), de José Luis García Sánchez —por cuya interpretación recibió la Medalla del CEC a la mejor actriz de reparto—; y En septiembre (1981), de Jaime de Armiñán. Dobló a muchas estrellas, entre ellas a Ingrid Bergman en Casabalanca, a Lauren Bacall en Tener y no tener, y a Glenn Close en Las amistades peligrosas. También puso su voz en numerosos comerciales televisivos y fue la narradora en El sur, de Víctor Erice.

Realizado en colaboración con la Filmoteca Española y TVE, este homenaje a María Massip se inició con unas palabras de agradecimiento y presentación por parte de Jerónimo José Martín, presidente del CEC, que, a continuación, entregó la Medalla Homenaje del CEC a Juan Miguel Lamet, esposo de María Massip.

Seguidamente, tomó la palabra el director, guionista y escritorFernando Méndez-Leite,Director General del Instituto del Cine y las Artes Cinematográficas (ICAA) de 1986 a 1988 y actual director de la Escuela del Cine y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM). Méndez-Leite recordó emocionadamente su larga amistad con María Massip y glosó sus cualidades como actriz en ámbitos tan diversas como el teatro, la televisión, el cine y el doblaje. Su jugoso repaso de la carrera de María Massip culminó con la lectura de un testimonio del cineasta Víctor Erice, escrito para este acto (ver más abajo).Erice trabajó con la actriz en El Sur.

En tercer lugar habló el productor, guionista y escritor de cine Juan Miguel Lamet, esposo de María Massip y Director General del ICAA de 1992 a 1994. Lamet agradeció emocionado el premio y presentó en profundidad las dos películas que se proyectaban a continuación, de las cuales es guionista. En el momento más emotivo de su intervención, Lamet señaló que en esas películas había afrontado una pregunta que le inquietaba especialmente: “¿Sobrevive el amor a la muerte?”. Y reconoció que ahora, tras la muerte de su esposa, había comprobado que la respuesta era: “Sí, el amor sobrevive a la muerte”. A continuación, leyó un testimonio del cineasta José Luis Garci (ver más abajo), que trabajó con María Massip en numerosas ocasiones.

Finalmente se proyectaron dos episodios de la serie de TVE Historias del otro lado, dirigida por José Luis Garci. Los guiones de ambos episodios fueron escritos por Juan Miguel Lamet.

— Regalo de Navidad (50 min).

— El gran truco (50 min).

Ambas películas fueron ovacionadas por el numeroso público que asistió al acto.

TESTIMONIOS PARA EL HOMENAJE A MARÍA MASSIP

Testimonio de Víctor Erice

«Estrella, la protagonista de El Sur, en su edad adulta jamás aparece físicamente en la pantalla: es solamente una voz, que evoca la experiencia crucial de su infancia y adolescencia desde la distancia del tiempo transcurrido. Desde la distancia, sí, pero no desde la neutralidad. Ese era el difícil equilibrio que había que establecer entre el texto literario y su encarnación.

María Massip lo consiguió con una naturalidad extraordinaria, plena de matices, sin incurrir en el subrayado fácil ni en la asepsia de la emoción. Algo que habla a las claras de su condición de excelente actriz, en posesión de una sensibilidad y una voz privilegiadas, a la que siempre recordaré».

Testimonio de José Luis Garci

«Querido Juan Miguel, como sabes, hoy viernes lluvioso y de tráfico denso, estoy filmando a 25 kilómetros de Madrid, en jornada de tres a diez. Es imposible, pues, que esté contigo —con vosotros— en la Filmoteca para recordar a María. Dicto estas líneas a las cinco de la tarde, en una pausa del rodaje, uno de esos cambios de luz que tanto le gustaban a tu mujer, pues los aprovechaba para hablar y reír con los compañeros.

Antes de seguir quiero decirte que ahora mismo, todos los que filmamos con ella tantas veces, desde Navarrete a Raúl Pérez Cubero, desde Gil Parrondo a Julián Mateos, me envían por medio de estos renglones un abrazo muy fuerte para ti. Tal y como yo lo veo, María vivió siempre para la interpretación porque había nacido actriz, algo que tiene un profundo significado y que escasea en nuestro cine. Desde adolescente, su principal preocupación fue dominar la técnica para luego poder olvidarla. Eso me decía, y lo consiguió, ¿verdad? Conmigo pudo ser una mujer enamorada sin esperanzas de un recuerdo de juventud, una enérgica y entrañable Madre Superiora, la humilde guardesa de una casona perdida en el campo, y, en fin, la egoísta servidora del Conde de Albrit. María dominaba su arte de tal forma que lograba hacer de cada personaje un ser humano, tanto, que nos hacía olvidar que lo interpretaba una actriz. Estoy seguro que desde allá, desde Brigadoom, nos echa una mano de vez en cuando.

Nos vemos el martes, Juan, en ¡Qué grande es el cine!«